Cada vez queda menos para que termine el curso escolar y con él llegarán las vacaciones de verano. Durante este periodo nuestros niños y adolescentes cuentan con mayor tiempo libre, el cual puede conllevar a «una relajación de los hábitos», tal y como recogen desde Quirón Salud en la nota de prensa que podéis consultar en este enlace.
Entre los problemas que puede acarrear la pérdida de los buenos hábitos se encuentra el aumento de peso. Por ello, la doctora y especialista en obesidad infantil, Andrea Bartucci, en el mismo artículo comenta: «Hay que tratar, en la medida de lo posible, que las vacaciones no supongan una drástica interrupción de las costumbres alimentarias de los niños».
Más allá de mantener los buenos hábitos, el verano puede ser «un buen momento para adquirir hábitos saludables, tanto de alimentación como de ejercicio físico, y prevenir de este modo el exceso de peso de niños, niñas y adolescentes», según recogen desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) en el artículo que os invitamos a leer en este enlace.
Entre algunas de las costumbres que podemos empezar a incluir en la vida de los más pequeños, la AEPap propone promover el ocio activo y el ejercicio físico, promover el consumo de frutas y verduras, limitar el uso de pantallas y de videojuegos, así como tratar de hacer un hábito el comer y cocinar en familia, ya que según recogen en las mimas líneas: «Se ha demostrado que cuando los niños y niñas hacen las comidas diarias de forma habitual con sus padres mejoran los hábitos saludables».